miércoles, diciembre 26, 2007

Ensayo sobre la Idiosincrasia Ecuatoriana

By James Profit.

Porque James Profit . . . es un auténtico ecuatoriano.Fátima

Capítulo 1 “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”

Especialmente si se trata de la matriculación vehicular. Efectivamente, siguiendo el estereotipo local, dejé para última hora el trámite del carro que compré en Abril del 2007, y por supuesto, me tocó sufrir el interminable y agotador trámite, con el agravante que mi carro tiene placa “T” por lo que todo esto que les cuento tuvo que suceder en Babahoyo.

Como antecedente adicional debo mencionar que todos los vehículos de Quevedo y Valencia también tuvieron que acudir a Babahoyo porque cerraron la delegación de Quevedo por un severo problema de corrupción (botaron como a 20 policías y oficiales).

Capítulo 2 “Primer intento – la novatada”

Yo nunca he hecho un trámite de estos, siempre he acudido a los muy útiles y nunca bien ponderados “tramitadores”, pero en esta ocasión me topé con un conjunto de policías ejemplares (adicionalmente psicoseados por el problema en Quevedo) por lo que cualquier intento por “agilitar” el trámite fue inútil.

Mi primer intento fue el lunes 17 de diciembre, ingenuamente llegué a Babahoyo a las 10h00 por lo que la cola de vehículos llegaba aproximadamente a 60. Me puse en fila y luego (afortunadamente) fui a verificar si tenía todo en regla.

Digo afortunadamente porque en la verificación (que me la hizo un buen samaritano de esos que se las saben todas) me enteré que no había pagado el impuesto al rodaje, y que el papel emitido por el Banco de Guayaquil por el pago de la matrícula vía Internet no es válido y que había que canjearlo por un recibo normal.

La pagada del impuesto al rodaje fue simple (una vez localizado el Municipio, lo cual es sencillo en Babahoyo) el lugar es bastante adecuado y el trámite ágil.

La canjeada del papel en el Bco. de Guayaquil de Babahoyo más bien fue una locura porque el pago original no fue allá y por lo tanto ellos no tenían el “registro” (como si yo no supiera de sistemas).

Los dos trámites fueron matizados con incursiones rápidas a la fila de carros a ver cómo iba la cosa (el carro avanzaba a pesar de yo no estar presente, gracias al “encargado de la fila”), sin embargo en la hora y pico que había transcurrido, a penas había avanzado 5 puestos.

A las 12h30, como indica el horario de atención, cerraron la oficina de matriculación para volver a abrir a las 15h00. Dice el dicho que la espera desespera y en mi caso esto fue cierto. Luego de una revisión detallada de cuántos carros faltaban hasta mi puesto y considerando que la atención es hasta las 18h00, me retiré del lugar con un amargo sabor a derrota. (Efectivamente después me enteré que no hubiera llegado ni a la mitad de la fila).

El capítulo 2 de este ensayo fue matizado por la prisión preventiva de un fulano a quien sorprendieron dándole un billete a un sargento para que lo ayude, el sargento le montó un show al susodicho para poder advertir a “su mayorshhhh” quien procedió personalmente a la captura del corrupto.

Capítulo 3 “Segundo intento – casi casi pero la mala suerte…..”

Mi segundo intento fue el sábado 22, habiendo aprendido de mis errores, el sábado estuve a las 7h15 en Babahoyo, para enterarme con un poco de tristeza que ya habían 21 vehículos antes que yo (el primero de la fila había llegado a las 24h00, el segundo a la 01h00).

La atención empezó a las 8h00 en punto (media hora antes del horario) y con relativa esperanza vimos como los vehículos entraban de 7 en 7, lo cual le daba una cierta velocidad al proceso de avanzar en la fila.

En el interín me hice amigo de un tal Rolando R. (compañero de desgracia) con quien pude mitigar las largas horas de espera conversando de temas diversos, yo no puedo permanecer ni media hora en un sitio sin hacer contacto social).

Todo iba bastante bien hasta que llegaron las fatídicas 12h30 donde estos señores cierran para abrir nuevamente a las 15h00, en este caso la espera fue más llevadera y además habíamos adelantado mucho más que el primer día, por lo que no cabía la deserción.

A las 15h00 en punto, se reinició la atención con el ingreso repentino de 10 vehículos en lugar de 7 (las motos ocupaban los otros 3 puestos en la mañana, pero para la tarde no había ninguna). Con el ingreso de estos 10, yo llegué a un honroso 7mo. Puesto en la fila.

Pero como mi castigo no podía ser tan ligero, a las 15h30, al ver que ninguno de los 10 que entraron salían, nos aproximamos Rolando y yo a verificar qué sucedía, para toparnos con la dura noticia: “SE FUE EL SISTEMA”.

Gritos, lamentos, maldiciones, malas palabras, tumulto (todo menos violencia física) antecedieron a una sensación de derrota terrible.

Ante los reclamos de la muchedumbre, uno de los revisores atinó a decir: “Yo solo cumplo orsssshdenesssss, cualquiershhhhh cosa hablen con mi mayorsssshhhhh”, ante lo cual todos a uno (cual Fuenteovejuna) nos dirigimos a hablar con el mayorsssshhhh.

El mayorssssshhhh procedió a tratarnos cual tropa de conscriptos, procedo a dar el parte de los eventos:

1. La turba alterada y en desorden entró en tropel a la amplia oficina del mayorsssshhhh
2. El mayor procedió a poner orden en la sala con un solo grito (imponente el mayorcito este)
3. Una vez que hubo silencio procedió a dirigirnos sus cariñosas y tiernas palabras:

“A ver señoressssss (y damas), en primerssssh lugar, esto que está sucediendo es única y exclusivamente culpa de ustedes, por no haber hecho el trrrrramite con tiempo. Ha habido meses en que hemos atendido 2 o tressssh vehículos, pero claro, para variarsssh los ecuatorianos dejamos todo para última hora”

“Yo para ayudarsssslos lo que puedo hacerrssss es, si es que quieren, darssssshles un ticket para que el lunes (que vamos a atenderssssh) no hagan tanta cola.

La turba: “Pero mayor, dígale a su gente que por lo menos nos deje chequeados los vehículos y con las improntas tomadas para venir el lunes directamente a la ventanilla”

El Mayor: “No no no, eso si no voy a hacersssssh porssssque ya he tenido mucho problema con eso. Al día siguiente yo bajo con la carssspeta de matrículas por regularizarsssssh y los que ya están en fila creen que yo estoy tramitando matrículas para mis amigos y familia, así que no, chequeos no, el ticket es todo lo que puedo hacerssssh”

La turba: “Ok, los tickets entonces, pero usted nos asegura que los van a respetar el lunes”

El Mayor: “Hagamos una cosa, yo les doy los tickets con una condición, yo vengo el lunes a las 6h00 en punto a revisar la fila, el que no esté a las 6h00 en punto pierde el turno y yo me encargo que entren ustedes primero en el orden indicado”

La turba: “Ok, gracias”.

Capítulo 4 “La saga final”

Con la advertencia del Mayor calándome en la conciencia, el lunes a las 04h30 partí hacia Babahoyo para evitar cualquier incidente. Ojo que estamos hablando del lunes 24 de diciembre, por lo que cualquier contratiempo adicional implicaba volver otro día (laborable y con más gente aún).

Arribé a la pujante ciudad a las 05h20 y procedí a ubicarme en la fila (en desorden por supuesto) y dormir hasta las 05h55.

A las 6h00 sucedieron dos eventos importantes:

1. Pasó un periodiquero, al cual le compré el Universo para entretenerme un poco. Ustedes dirán que tiene esto de evento importante. Gracias a esto me percaté que el papel de pago de la matrícula se me había quedado en Guayaquil.
2. Efectivamente a las 6h00 en punto el Mayor estuvo revisando la fila y haciéndonos poner en orden de ticket.

Para resolver el primer problema no me quedó otra que llamar a Fátima y perturbar su sueño para pedirle que haga una de dos cosas:

1. Que venga hasta Babahoyo a dejarme el papel o2. Que contrate un taxista para que lo haga.
Fátima, tan linda y amorosa, se tomó el trabajo de llevarlo hasta Babahoyo, para lo cual llegó aproximadamente a las 7h30, cuando yo ya estaba en el patio de revisión y con los nervios de punta porque no sabía qué más podía suceder. (Nota de Fátima: cuando me llamó James yo estaba tan dormida que me puse a pensar cómo iba a hacer para llegar al nuevo Terminal Terrestre, cómo me iba a ubicar en este nuevo terminal y si me iba a demorar una hora para al fin poder salir de Guayaquil. Segundos después me dí cuenta que yo tenía carro, ajú ajú ajú.)

A las 8h00 empezó la revisión, a las 8h30 estaba en la ventanilla 1 revisando papeles con un Sargento y a las 9h00 tenía mi bendita matrícula lista y pegada en el vidrio. Tanto trámite para un sticker de 2 centímetros de radio……

Todo esto sumado a la promesa que espero poder cumplir de HACER EL PROXIMO TRÁMITE A PARTIR DE MARZO…..

Señor lector, si usted leyó todo este laaaaargo documento es porque seguramente es una persona paciente, ordenada y metódica, si ese es el caso por favor no haga caso omiso de el y haga su trámite con tiempo.

Como dice la Comisión de Tránsito del Guayas: “NO SEA BURRO”